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  Guanches
 


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Añaterve             Pelinor           Acaymo   
         
Benchomo     
 
Chaxiraxi           Afur    
           
Arafo              Arico              Añofo      
         
Añaza             Magec         Tinguaro     
   

Zonzamas
      
Fayna          Timanfaya 
     
Guanareme           Ico     Guadarfía    
     

 Tanausú
          
Serdeto          Beneharo             

Guañameñe



TAORO      TEGUESTE      ANAGA     ABONA    
 
DAUTE      ADEJE     GÜIMAR        ICODE         TACORONTE      
  




          Desde el año 1980 se comenzaron a descubrir grabados rupestres en Tenerife. La primera estación documentada fue localizada en Aripe (Guia de Isora), que marcó un punto de partida importante para la constatación definitiva de esta manifestación cultural en la isla. Los motivos de este conjunto se caracterizaban sobre todo por figuras humanas en la que se representan guerreros que portan armas, que los autores emparentaron con los de semejantes características conocidos en el Sahara, pertenecientes al horizonte de los guerreros líbicos que se fechan a mediados del primer milenio a.C. (R.Balbín, A. Tejera. 1983).

          Estos grabados se contrastaban con las inscripciones líbicas también conocidas en la isla, así como un buen número de motivos y técnicas muy diversos, entre los que destacan los geométricos, con temas semejantes a los que aparecen en las cerámicas. Entre ellos conviene destacar los podomorfos, siluetas de pies humanos, conocidos en varias estaciones, los símbolos astrales que se representan tomando formas circulares o cuadrangulares con líneas en su interior que forman motivos de damero. (R.Balbín, A.Tejera, 1989). En ocasiones suelen aparecer asociados a lugares en los que es probable que se llevara a cabo alguna celebración relacionada con los rituales que tenían lugar cuando se hacían rogativas con carácter propiciatorio, ya que en el entorno existe un buen numero de hoyos que se denominan “cazoletas”, comunicadas entre si, de forma que cualquier líquido derramado en uno de ellos podía hacerlo con el resto. El hecho de que entre los rituales guanches exista la costumbre de derramar leche u otros líquidos en zonas seleccionadas al efecto, permite al menos como hipótesis, poner en relación estos lugares con tales celebraciones (A. Tejera, 1988).

           Lo anterior escrito esta tomado en su integridad del libro Tenerife y los Guanches escrito por don Antonio Tejera Gaspar, paginas 102 y 104.

           Mi interés a estas ganas de conocer un poco nuestro pasado es gracias a mi compañero de caminatas Carlos Coello, gran conocedor de las costumbres de nuestros guanches.




La llamada PIEDRA DE LOS VALIENTES, ubicada en los altos de Arico y descrita desde tiempos de los guanches. Una roca indistinguible del entorno si no fuera porque aglutina tradiciones sumamente interesantes, ligadas a pruebas de fuerza y valentía, y tal vez también a componentes iniciativos.

 

Carlos y yo en la piedra de Los Valientes, Arico


Arona: Formaba parte del menceyato de Abona donde Atguaxoña y Atxoña fueron sus menceyes. Se encuentran yacimientos arqueológicos de paneles con grabados en el Roque de La Abejera, Roque de Chijafe, Los Goros, Roque Bisechi, Valle de San Lorenzo entre otros, Zonas arqueológicas en el Roque de Mal paso, Los Cambados, El Barranco del Rey, Roque de Vento, Roque de Higara, Rasca, Roque del Conde


Grabados en El Cabuquero, si ves algo así respétalo.

          PROTEJELOS, TAMBIÉN TE PERTENECEN

Grabados del  Risco Bisechi.                     Fotos tomadas por Carlos Coello.



Buenavista: Pueblo que formó parte del antiguo menceyato de Daute, que ocupaba la llamada Isla Baja, Cacanaymo y Romen fueron sus menceyes, hoy en día Comarca de Teno. En este municipio, se encuentra el caserío de Masca declarado recinto etnográfico y arquitectónico, una de las muestras mas representativa de la arquitectura natural de Canarias. En sus cercanías se ha encontrado un conjunto arqueológico con grabados rupestres, en un roque utilizado como santuario aborigen, zona arqueológica de Pico Yeye.

Grabados de la degollada. Facil acceso. Si quieres ver la foto.



Santa Cruz de Tenerife: Capital de la Isla y provincia, forma parte del antiguo menceyato de Anaga sus menceyes fueron Beneharo y Benehero II. Se encuentran yacimientos arqueológicos de paneles con grabados en Tamadite (Anaga), Los Campitos, Barranco de Santos, Hoya Fría, Taco y El Sobradillo, la zona arqueológica La Gallega, Barranco del Pilar, Barranco del Muerto.

 


Picados de Tamadite. Podemos llegar bien por el barranco de Afur o desde Taganana. Si se animan hacerlo les puedo decir que cualquiera de los dos caminos son muy bonitos y de facil acceso




Apresurémonos, pues, a hablar de los guanches de Tenerife, para conocer a fondo este pueblo de valientes, puesto que esta isla fue la que conservó por más largo tiempo su independencia, y con ella sus costumbres pastorales y sus virtudes guerreras.


Tenerife (Tehinerfe o Chenerfe, según las varias ortografías) ofreció a los conquistadores una organización política casi semejante a la de la Gomera y a la Palma. Según la tradición, en el principio, la autoridad de uno sólo había prevalecido y Tinerfe el grande fue el último príncipe que gozó del poder soberano, cien años poco más o menos antes de la conquista; pero a su muerte sus nueve hijos distribuyeron el reino y le dividieron en otros tantos principados independientes, a los que necesario añadir otra fracción de territorio concedido a un bastardo del Rey  llamado Aguahuco. Los hijos legítimos tomaron el título de Mencey o señor, y Aguahuco recibió el de Achimencey, es decir, de simple hidalgo, según la traducción de Viera. El poeta dice:
 
  "Hay fama común que antiguamente
    Un solo Rey la isla sojuzgaba,
      Y el último llamado gran Tinerfe,
         Dejó, cuando murió, nueve o diez hijos;
     Los cuales, cada cual reinar queriendo,
       Se alzaron cada uno con su término:
        Y así fue el reino en nueve dividido".
(Viana Cant.I)



  No obstante, parece que la diferentes tribus de Tenerife, reconocieron en todos los tiempos la supremacía del príncipe de Taoro, uno de los nueve menceyes de la isla. El título de Quebehi, grande o majestad, añadido a su nombre propio, le distinguía de los demás. Quebehi Imobach, que reinaba en Aurotápala (Orotava) en 1464, es el único citado en el acta de posesión de Herrera el anciano, con el nombre de grande: el gran rey Imobach de Taoro; su hijo Quebehi Bencomo, que le sucedió, es el calificado de muy poderosos por el historiador de la conquista:                
"En Taoro Bencomo el potentísimo"

En otro pasaje el poeta cuida de hacer observar que era el más temido, que gozaba del aprecio general, que le tenía la mayor veneración, y que el número de sus vasallos y la extensión de sus dominios le daban sobre los demás una preponderancia marcada:

        "Más de todos Bencomo el de Taoro
            Fue el más temido, amado y estimado
            De más vasallos, tieras y distritos"

           (Viana cant. I)

Este nombre de Tahoro o Tagóror, con el cual los historiadores de la conquista han designado el territorio del Mencey Bencomo, parece ser una corrupción de la palabra Tagóror, que significa el lugar en donde se reunían para celebrar consejo, hacer justicia y entregarse a grandes regocijos. La denominación de Tahoro, particularmente aplicada al dominio del Mencey, el más poderoso de Tenerife, indica suficientemente la supremacía que este príncipe ejercía sobre los demás distritos, supremacía que además adquiere nuevas pruebas por los hechos históricos. En las vertientes septentrionales de Tenerife, en donde mandaba como soberano el Mencey Bencomo, esta denominación se halla aplicada a todo el distrito. Según Espinosa y Viana era siempre el gran Tagóror de Aurotápala, o bien en otro término, el valle de Tahoro o Tagóror, en donde se reunían los menceyes de la isla para conferenciar. Las mayores solemnidades tenían lugar en este distrito, y aquí fueron donde se debatieron los grandes intereses de la patria, cuando la invasión extranjera.

 



Los primeros grabados hallados en Tenerife, encontrados por Don Romualdo y Don Melchor Perdomo vecinos de Guía de Isora, data de 1980, se encuentran entre los barrancos de Aripe y El Pilon. Investigadores de la Universidad de La Laguna, Don Rodrigo Balbín Behrman y Don Antonio Tejera estudiaron el yacimiento.

En 1995 fueron declarados BIC (Bien de Interés Cultural). En 2004 sufre destrozo que pone de manifiesto la desprotección de esta estación, debemos proteger el poco patrimonio que nos queda de estas personas que no parece respetarlo.


 


 
 
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